Viviana Ortiz Cuenca, tomado del periódico LA NACIÓN, NEIVA.
Con un espectáculo sin igual, la Orquesta Filarmónica Juvenil de San Cristóbal enamoró ayer a los neivanos. El concierto y obra teatral, estuvo a cargo de 115 niños y niñas de Bogotá.
Soñar a través de la música clásica es una experiencia que sin importar edades, posibilita un viaje a mundos lejanos. A través de su lírica y tonalidad, sumerge al ser humano en un cuento de hadas.
La Orquesta Filarmónica Juvenil de San Cristóbal de Bogotá dio prueba de ello y en un espectáculo sin igual, enamoró a los neivanos.
Violines, violas, violonchelos, contrabajos, flautas, clarinetes, oboes, cornos, trompetas, trombones, tubas y percusión sinfónica amenizaron la gran noche en donde los niños mostrarán el gran talento que los caracteriza.
La presentación del gran concierto estuvo acompañada de la obra teatral musical “Meñique” compuesta por un elenco de 115 niños y niñas que llegaron a la capital huilense para invadirla con magia y brillo.
La historia cargada de fantasía con matices de reflexión, comicidad y aventuras, tuvo un despliegue de figuras y majestuosos vestuarios que trasportaron a la audiencia hasta un mundo de fantasía donde la sabiduría vale más que la fuerza física, según lo dicta la moraleja de la historia.
La orquesta
Desde hace tres años y medio, la Orquesta Filarmónica Juvenil de San Cristóbal es un sueño hecho realidad para los niños, niñas y jóvenes más vulnerables que habitan la localidad Cuarta de Bogotá.
Desde entonces, cerca de 500 menores y jóvenes han aceptado el reto de la formación musical integral. El amor por la música, el poder ejecutar un instrumento y hacer parte de un grupo sinfónico, son los incentivos de la comunidad joven en el aprovechamiento del tiempo libre.
Según José Francisco Arroyo Sanabria, director general de la Orquesta Filarmónica Juvenil, es un proyecto liderado por la Alcaldía local y la Orquesta Filarmónica de Bogotá, que busca la garantía y restablecimiento de los derechos de los niños, niñas y adolescentes.
De esta manera, la armonía entre la orquesta, coro y teatro infantil, posibilitan cumplir el objetivo. “Cada uno de los actores que integran este proyecto habitan la localidad de San Cristóbal, un sector vulnerable de la capital, pero con un alto potencial cultural. Son personas entre los 5 y 21 años que aceptaron un cambio en su vida a partir de la música. La iniciativa integral le garantiza al menor obtener conocimientos en gramática, coro, instrumentos y actuación. La idea es que el niño que hace parte del grupo se forme musicalmente para que en un tiempo futuro, haga parte de la gran Orquesta Filarmónica de Bogotá”, expresó el reconocido maestro y violinista del país.